-Usted es el primero que la abre. Llevo esperando en ese
banco tres horas. Venga a pasar gente arriba y abajo y todos sorteaban la caja
sin mirarla siquiera. Y eso que el llanto del bebé suena fuerte. Lo tengo
grabado en el cerebro. Por cierto, ¿por qué la ha abierto?
-Creía que había un bebé abandonado.
-Ya sabía yo que todavía debía quedar vivo algún espécimen
de ser humano. Ande, entre en la jaula. Será un reclamo estupendo para el zoo.
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