miércoles, 22 de abril de 2015

EL VALOR TERAPÉUTICO DE LAS PALABRAS

¿Quién no recuerda “Curita sana  / curita sana / si no te curas hoy / te curarás mañana” en cualquiera de sus variantes? Esa retahíla infantil, acompañada por unas caricias y seguida de un beso, tiene el poder de curar todo dolor físico infantil.

¿Cuántos hemos salido del pozo de la tristeza o de la melancolía al escuchar un “Te quiero”?

¿Cuántos hemos recuperado nuestra autoestima alcanzando lo que minutos antes creíamos inalcanzable tras escuchar un “Tú puedes”?

Las palabras curan, tienen el poder de cambiar nuestro ánimo, de hacernos sentir, de humanizarnos y humanizar al otro. Las palabras también pueden unirnos y sanar esta sociedad que, evidentemente,  está enferma.

¿Sabéis qué palabras echo de menos? “Lo siento” o “Perdón”. Son palabras que racaneamos y, sin embargo, son, para el alma, lo que el “Curita sana” es para el cuerpo. No hay dolor del alma que se resista a un “Perdón” dicho con el corazón, ¿por qué, entonces, escatimarlo?

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