Hay familias de sangre y familias de corazón. A veces, las
familias son las dos cosas: de sangre y de corazón. Otras veces, no.
Nos han enseñado a pensar que la familia de sangre es la más importante, por
aquello de “los lazos de sangre”. Sin
embargo, el corazón es imprescindible para que la sangre fluya y sintamos el calor que nos hace estar vivos. De manera que yo elijo un corazón que bombee
amor y le dejo que elija el medio en el
que quiere transmitirlo, energía, sangre o lo que él prefiera.
A mi familia de corazón (con o sin sangre de por medio),
gracias por responder cada vez que os necesito, gracias por ayudarme a sonreír,
gracias por estar.