jueves, 21 de abril de 2016

LOS OJOS VERDE OLIVA I

Levanté la mirada del móvil. Sólo había una chica en la terraza del bar. Escribía en una libreta y parecía muy concentrada en su tarea. Suspiré mientras me incorporaba para acercarme a su mesa:

-Cosas del vicio -me justifiqué.

No quería interrumpirla pero necesitaba fumar sí o sí y la chica parecía interesante así que, más a mi favor.

-Perdona, ¿tienes fuego?

Ella levantó la cabeza arqueando las cejas como si acabase de aterrizar en la tierra y no entendiese mi idioma.  Parpadeó un par de veces y dijo:

-No, no fumo.

Aquellas palabras me trasladaron veinticinco años atrás, a aquella misma mesa, aquella misma silla, aquella misma chica, aquellas mismas palabras.

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