jueves, 27 de noviembre de 2014

CAMBIO DE TERCIO

Pero ya nada sería igual. Ni el sonido de la llave en la cerradura, ni su voz, ni su mirada, ni el tacto de su mano en su piel, ni el ambiente de una conversación intrascendente...
Aunque le estuviera diciendo la verdad, aunque de su cuerpo se borraran esas cicatrices..., todo estaría sometido al miedo.
Cerró los ojos, respiró hondo y dijo: No.

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