viernes, 29 de agosto de 2014

IMAGÍNENSE

Imagínense a una pareja con su hijo en brazos. Es un bebé tan deseado…
Imagínense sus rostros, transmiten una dicha que contagia.
Imagínense cómo lo miran, una mezcla de ternura e incredulidad porque ese nuevo ser tan esperado ha llegado por fin a sus vidas, una mezcla de alegría y de susto ante la responsabilidad de cuidar como se merece a esa criatura tan indefensa.
Imagínense el orgullo en sus miradas ante lo guapo que es, sus manitas tan perfectas, sus ojitos tan lindos…
Imagínense el torbellino de sentimientos que se encierran bajo el concepto amor hacia un hijo.
Imagínense cómo les mira el bebé, cómo se aferra a ellos para aferrarse a la vida.
Imagínense cómo cierra sus manos apretando el enorme dedo que se le antoja su tabla de salvación en este mar que es la vida.
Imagínense su sonrisa al ver saciada su hambre, al sentirse amado.
Imagínense las ganas que tienen de llegar a su casa, al calor de su hogar donde poder fortalecer el vínculo que se ha creado entre ellos.
Imagínenselos preparando la maleta sin dejar de mirarse. La ilusión en sus ojos.
Ahora imagínense que aparece un hombre, agarra al bebé y se lo lleva diciendo que ya no es su hijo, que se olviden de él.
Imagínense el pasmo y el terror en sus ojos, el dolor y el desgarro.
Imagínense a esos padres corriendo por los pasillos gritando para que les devuelvan a su hijo.
Imagínenselos rotos por el dolor pero intentando sobreponerse para hacer lo que cualquier padre, cualquier ser humano haría por su hijo: luchar hasta recuperarlo.
Imagínenselos recorriendo organismos oficiales en busca de ayuda y encontrando las puertas cerradas.
¿Se los imaginan? ¿Sienten su dolor?

Ahora imagínense que el bebé es adoptado.
Díganme, ¿de verdad importa cómo se ha formado esa familia? ¿De verdad importa que ese hijo no lleve los genes de sus padres?

Y, por último, imagínense, por favor, que el bebé tiene uno, dos, tres, o más años. ¿Se imaginan el dolor de esa criatura a la que le han arrebatado a sus padres, a los que reconoce como tales y los recuerda y va a recordar para siempre? ¿Cómo no va a luchar un padre para recuperar a su hijo y explicarle que jamás le abandonó? ¿Cómo va a valerle a un padre la solución de “adopten otro”? ¿Cómo alguien que ha sido padre puede pensar que un hijo puede ser sustituido por otro? ¿Cómo alguien puede aconsejar que se abandone a un hijo?

Señor Margallo, nosotros somos PADRES y nuestros hijos NO SON CROMOS.
En respuesta a: artículo de prensa

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